sábado, septiembre 23, 2006

Salvador


El problema es que pensamos en él como un problema.

El cine español, digo. Un problema, según las matemáticas, es algo que tiene solución a la que se llega mediante una serie de algoritmos. Los "algoritmos" para solucionar el problema del cine español (¿tiene un problema o es un problema?) vienen en forma de superproducciones "salvadoras" estrenadas entre Almodovares y Amenabares. Me gustaría dejar el símil cine-matemáticas a un lado, pero es que en los dos las cifras mandan y en los dos hay axiomas. Uno de los más olvidados del cine es que el público no es tonto. O como le decía Lubitsch a Billy Wilder: deja que el público sume dos y dos; te querrán siempre.

Es posible que "Salvador Puig Antich" sea una película política. Al fin y al cabo el protagonista es un joven anarquista condenado a muerte en un régimen fascista. Pero si esa era la intención de Manuel Huerga, fracasa ya que los acontecimientos que narra hacen que se te quede el estómago del tamaño de una nuez. Vamos que llegado el momento de la verdad eres incapaz de recordar qué llevo a Salvador a esa sucia habitación. Para que esto ocurra el dinero no es suficiente. Hace falta lo que tiene "Salvador...": buen guión, gran dirección y mejores actores. Todo lleva a construir algunas escenas enormes cinematográficamente hablando (el primer atraco, la última escena de Salvador con sus hermanas, Leonardo Sbaraglia, el verdugo.

Supongo que conseguir esto, que te metas en la piel de los personajes, disfrutando y sufriendo como ellos es lo más difícil del mundo. Pero a una película no le puedes pedir menos. "Salvador Puig Antich" lo consigue: es algo enorme.

domingo, septiembre 17, 2006

Why hip hop sucks in 06...

Decía Josh Davis (a.k.a. DJ Shadow) en "Endroducing..." que el hip hop en el 96 era una mierda por culpa del dinero. Diez años después la cosa no ha cambiado mucho. Aunque dentro del ámbito comercial sigue habiendo calidad (Jay Z, Kayne West, Missy Elliott, Timbaland...) el hip hop americano está plagado (más que nunca) de niñatos con más oro que sesos. La escena española no está mucho mejor; como dice Kiko Veneno mucha gente que no tiene nada que decir (hay excepciones, claro, y no estoy haciendo un juego de palabras).



Tras dos discos que han cambiado la música mucho más de lo que él cree DJ Shadow saca nuevo disco: "The Outsider". Aún no lo he escuchado, pero viene cargadito de colaboraciones (a destacar Q-Tip). El primer single no me vuelve loco (aunque mejora con las escuchas, sobre todo por esa parte final). Es hip hop macarra del que se hace ahora, aunque la producción es excelente. Diría que es un "jitazo" de esos si no fuese porque es DJ Shadow y uno no puede evitar esperar otra cosa de él. A ver qué tal el disco.

lunes, septiembre 04, 2006

Magnolia/Jimmy Corrigan



Cabe la remota posibilidad de que Paul Thomas Anderson y Chris Ware se encuentren alguna vez en la misma habitación. Yo me los imagino en una fiesta de algún amigo común con patatas fritas y un bol de guacamole. Si eso ocurriese los dos se darían inmediatamente cuenta de que son iguales y seguramente iniciarían una pelea a muerte.

"Jimmy Corrigan, el niño más listo de la tierra" es una obra de cómic desproporcionada, ambiciosa, perfecta. Muchas veces se ha comparado, no sin razón, con "Ulises" de Joyce. Ware cuenta una historia en la que poco a poco la forma se convierte en el contenido, donde los recuerdos de la infancia del autor se diluyen poco a poco en unos personajes con los que cada vez es más dificil involucrarte. Una historia masiva plagada de diagramas, recortables y postales comentadas. Todo ha pasado por los lápices del autor. Quizá por eso es tan dificil. Mi relectura de "Jimmi Corrigan" fue agónica. Como dice Rafa es demasiado perfecta y no se puede leer como libro (fue editada periódicamente). Demasiado grande para los ojos.

Algo parecido ocurre con la tercera película de P.T. Anderson. "Magnolia" es una película imposible. Nadie normal puede hacer algo semejante (el making off deja bien claro que Anderson no es alguien normal). Los nueve personajes "principales" de "Magnolia" muestran de una forma gradual sus sentimientos más soterrados, todos ellos heridas abiertas, y muchas sangrantes. El alivio del perdón y el peso de la culpa están presentes a lo largo de las tres horas y pico. La influencia del mejor Scorsesse (¿cuantas veces habrá visto en su vida P.T. Anderson "Uno de los nuestros"?; ¿Diez? ¿Cien? ¿Mil?) es evidente en la dirección y hasta en el mastodónico guión. Pero son los actores los que se comen la historia hasta el punto de olvidarse uno de los aspectos técnicos y literarios de la película. Jason Robards en su último papel (sufría la misma enfermedad que su personaje) está como siempre o mejor. Su voz es tan emotiva y dura al mismo tiempo. No soy un purista con eso del V.O., pero doblar a Jason Robards es imposible. El elenco de habituales de Anderson está increíble también (ayudados por un gran guión): William H. Macy con esa mirada tan sutil como desgarradora; Julianne Moore con un papel dificil donde los haya; Philip Barker Hall, con el que me cuesta pensar lo divertido que estaba en "Seinfeld" y verle aquí de repente sacando las entrañas: un actor maravilloso; Phillip Seymour Hoffman, ¿de verdad hizo falta que hiciese a Truman Capote para llevarse el Oscar?: la contención como obra de arte, y, claro, el detallado Frank T. J. Mackey de Tom Cruise: el papel por el que puede morir tranquilo. "Magnolia" es un plato complicado... a veces indigesto. Es normal porque su autor ha conseguido un film que nunca llega a empezar, pero que al mismo tiempo contiene un climax en cada una de sus escenas.
Eso y una sonrisa.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.